FUNDAMENTACIÓN FILOSÓFICA DE LA UNIVERSIDAD MESOAMERICANA
La Universidad Mesoamericana tiene una orientación filosófica y eminentemente personalista y comunitaria.
LA PERSONA HUMANA
La persona humana, dotada de razón, libertad y conciencia moral, trasciende la naturaleza y todo el orden cósmico. Ella ocupa el lugar primero y central respecto a cualquier otra realidad: la persona es el sujeto, centro y fin del esfuerzo científico y técnico, de las actividades económicas y políticas. Los bienes materiales y culturales, las instituciones sociales y el mismo Estado están al servicio de la persona. Ella no es parte de ninguna totalidad, sino que se autopertenece. La persona no puede ser objeto de manipulación o explotación: es un absoluto ontológico y axiológico. La Universidad reconoce y promueve esta dignidad y se organiza como un servicio a la persona, por encima de cualquier interés económico o ideológico, con la flexibilidad que requieran las necesidades y aspiraciones de los estudiantes.
De esta primacía y dignidad de la persona participa también su vida física, que siempre merece acogida, defensa y promoción desde el momento de su concepción hasta su muerte natural. En una cultura con signos de muerte y de violencia, la Universidad Mesoamericana colabora en difundir una civilización del amor y de la vida.
La inteligencia abre la persona a la verdad científica, filosófica y religiosa. Será tarea de nuestra Universidad cultivar en los estudiantes una sincera apertura a la verdad y una búsqueda seria de la misma, superando toda actitud de superficialidad, de interés mezquino, de prejuicio, dogmatismo e ideología.
La libertad le permite a la persona crecer y madurar, dirigir su propia vida, proponerse metas y conquistarlas, desechando sentimientos de fatalismo y determinismo. El hombre es quien hace la historia, no está determinado por ella. La Universidad Mesoamericana favorece un clima de iniciativa y creatividad, dentro del respeto a los derechos de los demás y de las normas éticas.
La conciencia moral, en sintonía con la ley natural, es la luz interior que permite a la persona discernir el bien y el mal, por encima de cualquier costumbre social, ley positiva o impulso ciego. La Universidad inculca una visión ética de la actividad humana, sobre todo económica y política, juntamente con el sentido de la responsabilidad profesional.
La persona se abre naturalmente a la Trascendencia para encontrarse con Dios, primera fuente de su ser, fundamento de los valores y meta última de sus aspiraciones. La Universidad Mesoamericana, sin ser confesional, respeta y favorece los valores espirituales y la expresión religiosa entre sus estudiantes.
Cada persona es original, única irrepetible; no es un número. La Universidad se esfuerza por fomentar las relaciones personales y sociales.
Lo que se ha dicho de la persona humana en general, vale para todas las personas. Las personas son fundamentalmente iguales por su origen, dignidad y vocación, por encima de las diferencias legítimas y enriquecedoras. La Universidad no discrimina a nadie por motivos étnicos, religiosos o económicos.
Los rasgos con los que acabamos de describir a la persona, son títulos de nobleza, que se traducen inmediatamente en derechos y deberes. Los “derechos humanos” no son poderes o privilegios otorgados por el Estado; son la inmediata irradiación de la persona humana, son la expresión externa y social de su naturaleza racional y libre, social, histórica y religiosa.
La Universidad Mesoamericana se esfuerza en formar a sus estudiantes en el reconocimiento, defensa y promoción de los derechos personales.
LA VIDA SOCIAL Y POLÍTICA
La persona humana, ser autónomo y original, no se cierra sin embargo sobre sí misma: se abre a los demás. Por el amor y la solidaridad entra en relación interpersonal y forma comunidades. La vida social no es un mal menor ni responde solamente a intereses individuales: es un bien natural y ético, que enriquece a todos y construye el bien común. Nuestra Universidad favorece el intercambio, la vida de grupo y la formación de asociaciones; y se esfuerza en construirse como comunidad educativa “universitaria”.
Dentro de todo grupo humano es necesaria la “autoridad”, concebida como fuerza moral y servicio al bien común. El bien común dicta sus competencias y sus límites a la autoridad, ella es la servidora de la comunidad. La Universidad Mesoamericana sigue el principio: “toda la libertad posible, la autoridad necesaria”.
La “política” es el arte de conducir a la comunidad a la meta del bien común. Sin intervenir directamente en la política de partidos, la Universidad Mesoamericana trata de formar a sus estudiantes en la compresión de nuestra época, en la percepción de los problemas de nuestro pueblo y en el sentido de solidaridad; los prepara profesionalmente y los anima a participar activa y responsablemente en la sociedad y en la política.
La democracia es la forma de gestión de la “res publica” y se va haciendo con la participación de los diversos grupos humanos y étnicos. La Universidad Mesoamericana educa a la democracia, al respeto, a la tolerancia y a la colaboración entre todas las personas, reconociendo y apoyando la diversidad étnica y cultural.
EL COMPROMISO DE LA UNIVERSIDAD
Nuestra Universidad sueña y lucha por una sociedad en la que reine la justicia: un “Estado de derecho”,
- donde la persona y la familia sean el centro de interés;
- donde los derechos humanos sean respetados y promovidos;
- donde impere la ley y no la fuerza o el dinero;
- donde no haya discriminaciones ni privilegios;
- donde se destierre la corrupción y la impunidad;
- donde se haga pronta justicia sin mirar a quien le toca;
- donde se ofrezca oportunidades a los pobres;
- donde se distribuyan equitativamente los recursos y los servicios;
- donde todos cumplan su deber;
- donde nadie explote a nadie.
Esto exige estructuras sociales justas e instrumentos jurídicos adecuados. Por su parte, la Universidad promueve tres grandes valores:
1ro. La educación: Siguiendo la tradición pedagógica de Don Bosco, vemos en la educación del pueblo un camino para la promoción integral de la persona y de las comunidades, superando el analfabetismo, la marginación, la degradación moral y el subdesarrollo.
2do. El trabajo: Es un derecho y un deber de todos. Promovemos una cultura de trabajo basada en la iniciativa personal, la subsidiaridad y la solidaridad social, que contribuya al crecimiento económico-social de Guatemala.
3ro. La competencia profesional con responsabilidad ética: Tratamos de formar egresados que integren en su vida la calidad profesional y los valores éticos.
FINES DE LA INSTITUCIÓN
- Contribuir al desarrollo de la dignidad humanas, del patrimonio cultural nacional y universal mediante la enseñanza y la investigación.
- Analizar críticamente la realidad humana y social de Guatemala generando ideas y propuestas, que coadyuven a la solución de los problemas nacionales.
- Contribuir a la educación nacional mediante la formación de educadores y expertos en las áreas educativas.
- Estudiar los fenómenos de la comunicación humana y social propiciando una comunicación abierta, global y éticamente responsable.
- Colaborar en el desarrollo técnico-industrial nacional preparando profesionales en esas ramas.
NUESTROS VALORES
- Defensa y promoción de los derechos personales.
- Inspiración cristiana del proyecto.
- Metodología educativa preventiva.
- Humanismo personalista y solidario
- Respeto, tolerancia y colaboración entre todas las personas.